Monday, October 23, 2006

Amigos y residentes en Zaragoza

Ya imaginaba yo que la retirada de Enrique de los ruedos no podía durar mucho. Es lo que tienen los toreros: enseguida se aburren de ver cómo crecen sus reses, sus geranios o sus barrigas.
Mi Bunbury vuelve al ataque. Menos mal. Hay pocas estrellas con glamour en este nuestro mundo del pop patrio: Alaska se viste de blanco para su retorno al sonido Dinarama; Coppini edita un disco magistral (todo lo que EL haga es magistral) apenas sin avisar; Eva y Juan planean incursiones dance mientras queman públicamente ese vestido verdeléctrico-bodorrio que se puso Eva pal pregón; y yo, que podría ser una respuesta a la necesidad imperiosa de un gran ídolo NEOGLAM, paso de todo porque estoy muy bien siendo un glitter de carretera.
Pero Enrique vuelve. La gran esperanza blanca de la civilización mestiza, vuelve a los escenarios pese a ser el último lugar del mundo donde quería estar hace unos meses. Marco incomparable: el Liceo de Barcelona. Ocasión irrepetible: el jueves 30 de noviembre. Compañía inmejorable: yo mismo. Accesos megafáciles: Estación del Silencio Viajes, por ejemplo. Precios para todos los públicos: desde 0 euros en la puta calle a 100 euros pa los asiduos al Liceu. Cada cual que sicoanalice su estatus social.
Yo ya he pillado plaza, porque esto es una ocasión única y no quiero perdérmela por nada del mundo. A los Héroes ya les vi en directo, y si vuelven, pues de p.m., pero en el Liceo, como que no he estado nunca. Y ¿qué mejor que viendo a Bunbu?
A lo largo de mi vida he estado en momentos irrepetibles. Algunos compartidos y otros absolutamente personales. Y este promete ser uno de ellos; y bien grande.
El 30 de noviembre haremos un bonito viaje (como los que hacíamos hace casi 20 años para ver a los Héroes o Las Novias por los pueblos de Aragón) para ver cómo Enrique se desenvuelve en esta nueva faceta suya como crooner maldito. Una ocasión (repito) mágica, irrepetible, excitante, viciosa, perversa, estimulante, viagrizante, mineralizante, absolutamente única y mazo interesante.
Empieza a pedir el finiquito. Pasa de los regalos navideños. Bloquea tu cutre Visa. Pon en el Ebay tus mierdas de maquetas de grupos tecno que nadie jamás va a apreciar. Plantéale a tu novia que quizá no eres el hombre de su vida, y ¡vente a ver a Bunbury en la que quizá sea su gran última actuación! Además del morbo añadido de si...
Enrique siempre es una incógnita. Yo por si acaso, como en Zuera, no pienso perdérmelo. ¿Y tu?
Mañana, información y entradas a la venta en www.estaciondelsilencio.com

2 Comments:

Blogger Santi Rex said...

Guay!!! Grrrrrrr

8:33 AM  
Blogger Santi Rex said...

Cualquier opción me parece buenísima!! Pero ni la 1 ni la 2 me sorprenderían en absoluto.
La 3 si, ves. No me los imagino yo a los dos pelándose las cerezas..... Mmmmm

Malo, mas que malo!!!

6:12 PM  

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