Tuesday, October 24, 2006

Amigos y residentes en Madrid

Hacía meses ya que quería ir a Madrid y por unas cosas u otras no había podido. Y por fín, el viernes pude ir a ver a las amistades (parte) que tengo por allí.
De hecho el viernes logré coger el autobús por la lluvia. El mismo atasco que casi me impide llegar, impidió que el autobus saliese a su hora y lo pillé al vuelo. Chorreando lluvia y sudor me tragué El Ultimo Samurai, de Tom Cruise, con sonido ambiente. Imposible dormirse con los zambombazos que daba el sonido en las escenas de kung fu. La peli es una americanada, soportable por el toque zen y los pasiajes exóticos, que desgraciadamente apenas ayudan a maquillar el egolatrismo de Cruise. Las pelis cutres del bus Barcelona-Zaragoza-Madrid es uno de los placeres que no tiene el AVE: como es tan rápido, no hay tiempo de ver una peli y te ponen documentales de focas que dan más sueño que las pelis. Pero cuando te quieres dormir, ya está pasando Guadalajara a toda velocidad por la ventanilla y si te despistas, llegas a Madrid a la primera cabezada.
Además, con lo que cuesta el AVE, me compro el billete del bus, el disco nuevo de Fangoria, invito a Manolo a comer en nuestro chino favorito de Cuatro Caminos y me voy a Huesca a ver a la Human League. El AVE mola mucho, pero es carísimo, y si no hay prisa, un ratito de bus no sienta nada mal. Además, lo he hecho tantas veces, que casi es como coger el 40 para ir a mis clases de alemán (por cierto, hoy me he perdido la primera del curso porque me han puesto un horario horrible: ¡¡a mediodía!!)
Llegué casi de noche, pero no llovía y la ciudad se había ya desatascado. Me tomé un café en un sitio muy fino del centro con mi amigo Antonio, que lleva desde enero interpretando al Profesor Sorovski (bueno, en la obra se llama de otra manera; Sorovski era en la serie) en el musical de Fama. Aún no he podido ir a verle. ¡¡A ver quién saca 3 horas libres en Madrid, cuando hay tantas cosas por hacer y tanto que ver y tanto amigos que saludar!! Necesito unas vacaciones en Madrid: comprar trapos en las tiendas de descartes de Factory, perder media mañana en Metralleta viendo vinilos, cotorrear por el Mercado de Fuencarral, saquear la cdteca de Manolo o ver Fama, por ejemplo. Antes lo hacía mucho. Madrid me parece una ciudad genial para estar de vacaciones; pero últimamente no sé qué hago que mis visitas son un visto y no visto.
Como Manolo, Alex y Antonio pinchaban en Morocco y yo no estaba pa salir mucho, me fui a Lavapiés a dormir en casa de Nicolás, otro amigo que veo de ciento a viento. Mucho cotorreo y pronto a la camica. Una decisión sabia por una vez en mi vida.
Sábado mañana de holgazaneo y vermut en la Plaza de Santa Ana y a buscar a Manolo para ir a comer y a su casa a cambiarme, porque aun no os lo he dicho pero he ido a Madrid a la segunda boda de mis amigos Desiré y Paco. Y digo bien, segunda boda, porque hace unos diez años, se separaron pero volvieron a juntarse, y ante la insistencia de la pequeña (bueno, ya no tan pequeña) Sara, han vuelto a "formalizar" relaciones. El caso era hacer un fiestocho. Genial.
Vinieron a tomar café Loren y Carlos Puertas (uno de los capos de Las Líneas del Kaos, el club de fanes más grande que ha habido de Héroes, ahora mismo viviendo en Rumanía) y nos fuimos a recoger a María, la novia de Loren y pal bodorrio, que no era en Madrid sino en Alameda del Valle, en plena sierra, cerca de Rascafría. La pena es que llegamos ya oscurecido y no pudimos hacer turismo. Tiene muy buena pinta esa zona. Lo dejo para cuando me pegue mis próximas vacaciones en Madrid.
Me senté entre María y Lenny y así bien rodeado de bellezas, pasé la noche. Una cena estupenda, un rato muy agradable y 2 cervezas, 3 vinos, 2 copas de champán y 3 bourbons con cocacola después, volvimos a Madrid. El resto de la noche lo pasamos Manolo y yo cotorreando y grabándole unos cds de rarezas de Madonna a Enrique, el chico de los ojos azules, un amigo suyo.
El domingo se pasó como un suspiro. Después de comer en un turco nuevo que hemos descubierto cerca de su casa, me volví para Zaragoza oyendo a Love Spit Love, Die Doraus und Die Marinas, The Editors y el nuevo de Bananarama, y leyendo el nuevo libro de Victor Coyote, que me había comprado Manolo para mi cumpleaños y como no nos habíamos visto, se estaba apolillando ya.
Soy ultrafan de Victor Coyote desde su primer single con Los Coyotes, el revolucionario "Extraño corte de Pelo". Después, desde su psicobilly inicial, fue acercándose a los ritmos latinos que me dejaban más frío, pero su humor, su genialidad, su patente erotismo de supermacho español y sobre todo sus conciertos, siguieron conquistándome. Después le conocí porque compartimos mánager y afortunadamente no me desfraudó en absoluto. Menos mal. Incluso hemos compartido alguna noche de esas rockeras de mucho hablar y mucho beber. Es un hombre ingenioso, muy creativo, divertido y amigable, con una infinita paciencia con sus seguidores (sobre todo con los zaragozanos, que van a verle con pancartas de bienvenida) y muy bueno en todo lo que hace, sea como dibujante, escritor, diseñador, cantante, músico o actor. O igual es que soy fan. Pero bueno, es mi blog ¿no? Si no echo piropos a quien yo quiera...
Por cierto, en la solapa de Cruce de Perras y otros relatos de los 80, que así se llama el libro, pone que es su "segunda incursión en la literatura". No tenía ni idea de que tuviese un libro anterior, o sea, que si lo localizáis y me lo regaláis, me haréis todavía más feliz de lo que ya soy.
El libro me ha encantado, además de por ser divertido y original, porque habla de mucha gente que he conocido, como Eduardo Benavente, Alaska, Luis Miguélez o Poch. Grandes personajes, como él mismo, y grandes historias de los 80s. Si se anima a hacer la versión de provincias igual me nombra. Ya molaría, ya.
En el culmen de creatividad, en www.crucedeperras.com, podéis ver pequeños clips que ha grabado narrando algunos de sus minirelatos. Todo un referente de rockermultimedia este Coyotón...
Os pongo una foto de otro bodorrio, el de Oskar Novias de hace un año. El sábado llevaba el mismo traje. Es el que me pongo para todas los BBC (bodas, bautizos y comuniones) desde que se lo vi a Antonio Estación en la boda de Bunbury. Me lo dejó y ya no se lo he devuelto...
Es que, si lo de ponerse un traje me parece una cosa surrealista, lo de comprase uno es que no me cabe en la cabeza. Sobre todo si Antonio tiene uno que me queda tan bien :-)

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