Diario de la Expo

Me he despertado a las 8 de la mañana en el sofá. Llevo casi toda la semana durmiendo en el sofá. Supongo que mi cuarto me parece demasiado solitario estos días. El orfidal ya había dejado de hacer efecto, pero he estado remoloneando en la cama hasta las 10. Luego teléfono. Mánager, horarios, pésames, Nacho, invitaciones, más pésames, instrucciones de última hora.

Desayuno y busco un trozo de cinta para grabar el Clic!. Virginia y Pati, siempre encantadoras, lucen camisetas diseñadas por Pequeña Lagota, muy acorde con el día (I love Zgz pero en vez de un corazón, una gota), pero dicen mal las horas de los conciertos. La desinformación general es la nota dominante en este primer día Expo.

Más teléfono. Sale Jose Girl presentando su exposición de fotos de la gira de los Héroes, un pequeño reportaje sobre la sesión de pruebas del otro día en la Expo (sale mi querido Liborio hablando de los Fluvivasos coleccionables, en vez de su concierto con la Costa Brava) y después ponen el video de Niños con título reducido. Nunca se convence... También cortan el final. Una bonita toma de Antonio muerrrrrto.

Sobre la 1 empiezo a coger modelitos para esta noche. Ni muchos ni pocos. No tengo nada nuevo. A ver qué trae Antonio que es más fashion victim que yo. Me limpio las botas y cojo algunos discos para pinchar en el afterpartyparty.

A las 2 me rapo la cabeza. Los laterales al 1. La cresta (jajajajaja) y la barba al 3. Me ducho con agua hirviendo pero no desaparece mi dolor de espalda. Más bien es esa contractura que me martiriza hace meses. Como algo con mi hermana y mi padre. Más llamadas. No tenemos invitaciones, pero consigo una para Mariluz. Menos mal. Los hermanos y sobrinos que van, llevan entradas de la Expo y seguramente ya estarán allí.

Son las 4.30. Nacho me viene a buscar. Se retrasa. Nunca es puntual. Nunca los somos ninguno. Hemos quedado todos en la Plaza Mozart a las 5 y en la plaza de las banderolas de al lado de la Torre del Agua a las 5.30 para entrar todos juntos. Sólo nos dejan entrar un coche y el Pepamóvil está que no cabe un alfiler con todo el equipo aprisionado. Seguramente entraremos andando. Demasiada organización y, además, pagamos el pato de actuar el primer día. Seguramente ni los que trabajan allí saben muy bien lo que tienen que hacer. Ni nosotros realmente. Creo que probamos sonido justo antes de tocar. Pero los rumores contradictorios son incesantes. A mi la verdad es que me da igual. Ya me dirán lo que tengo que hacer.

Hemos escondido una par de cajas de latas cervezas en el fondo de uno de los flightcases. Seguramente no nos pondrán nada de beber. Estos eventos institucionales suelen ser así. Ibamos a hacer botellón pero nos ha dado palo que nos registre el coche la policía y empiecen a sacar botellas.... No es plan. La noche es larga. Haremos corto de birras que vamos muchos.

Ya está aqui Nacho. Deseadnos suerte.