Friday, December 22, 2006

Fotos para un fin de año apresurado 05

Este año no he viajado mucho -para lo que es habitual en mí- pero ya me estoy quitando la pereza y me está entrando el gusanillo de nuevo de salir del eje Madrid-Zaragoza-Barcelona, que es como no viajar. Salvo alguna escapadita a Logroño, Sitges y poco más, sólo recuerdo mis 2 fines de semana en Milán.
Ya os comenté un poco lo que viví ese primer viaje, y cómo ha cambado mi percepción de Italia desde aquellos maravillosos 80s en que fui allí mis primeras veces. Entonces Italia era supermoderna, superavanzada y supereuropea. Ahora no es que hayan retrocedido, simplemente es que España ha avanzado años luz en lo que a modernización y libertades conseguidas se refiere. Los italianos siguen muy de cerca lo que ocurre en España y miran con envidia nuestros logros y nuestros alcances. Y cómo su país se quedó anclado en una prosperidad estancada y España se ha ido renovando poco a poco hasta ser ahora mismo, la envidia de muchos europeos. Repasando, desde la modernización de Madrid, la reforma integral de Barcelona, las autovías, la Expo de Sevilla, el renacimiento de Bilbao gracias al Guggenheim, la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia y, experemos, la Expo 2008 zaragozana, España no ha cesado de avanzar en los últimos 25 años a pasos agigantados que casi ninguno de nuestros aliados europeos pueden seguir.
Desde dentro no nos damos cuenta, porque creemos que el resto del planeta vive igual que nosotros, pero os aseguro que no todo el mundo puede preocuparse simplemente por protestar, porque a fin de mes no llegas para pagar tus hipotecas, que es nuestra mayor preocupación hoy en día. Italia mismo, sitiada entre la mafia, la iglesia católica, las interminables crisis políticas y sus enfrentamientos nacionalistas, no es que esté en retroceso: es que se ha quedado en lo que era cuando me maravilló hace 25 años, añadiendo además las crisis de sectores tan necesarios para ellos como la moda o el turismo.
Una pena porque es un país precioso donde además un español se lo pasa muy bien.
Milán puede parecer fría e inhóspita en un principio, pero tiene grandes joyas que hacen su visita imprescindible. Y si lo que más me sorprendió, ademas de il Duomo, por supuesto, fue esa extraña casa que os puse en su día, todavía me dejó más patidifuso esta estatua que se encuentra dentro de la Catedral. San Bartolomé despellejado con su piel a cuestas.
Momentazo gótico-macabro que quiero compartir con vosotros.

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