Wednesday, February 08, 2006

Family & Friends part two

Las Navidades terminaron plácidamente, con un cúmulo de reencuentros difícil de asimilar. Mi casa es siempre una hecatombe de hermanos y sobrinos entrando y saliendo muy de agradecer. Todavía podemos organizarnos para comer juntos el día 25 y es la única ocasión del año en que nos juntamos todos y una de las escasas de ver a algunos de mis hermanos que viven fuera de Zaragoza. Pero unos días antes tuve también otro grato reencuentro, con Germán Larone y sus muchos amigos.
El homenaje a Germán (os recuerdo, cantante de Mission Hispana, comunicador nato forjado en múltiples programas radiofónicos y televisivos, tristemente desaparecido el verano pasado) salió mucho mejor de lo que cabía esperar. La Sala Oasis estaba petada y todo el mundo disfrutó de lo lindo. Incluso la puntualidad fue tan correcta que algunos de los que íbamos a intervenir, llegamos tarde. Me tocaba a mi dar unas palabras y presentar a uno de los primeros grupos de la noche, mis queridos Sullivans, tras Parasiempre y Distritocatorce, y cuando entré en la sala ya estaban los Sullivans en el escenario. Pero no fue culpa mía. Mariano Chueca (que por cierto un día de estos va a ser padre) que es una estrella de tomo y lomo y casi siempre se comporta como tal, llamó diciendo que no llegaría a tiempo para su turno y tuvieron que alterar el orden. Pedro Andreu y su armónica (esto suena a Maria Jesús y su acordeón, ya lo se) presentaron a los Sullivans y yo me quedé como mero espectador. Las actuaciones de los participantes se sucedieron a la perfección, entre grandes sorpresas y emotivas intervenciones de los presentadores (periodistas, amigos, músicos y compañeros sobre todo). Y, además de los citados, pudimos ver en el escenario a multitud de grupos, como Los Peces (con los que había estado de vermut para lo de la entrevista), Fernando Frisas de Los Cármenes, acompañado de un grupo especial para la ocasión, bordando sus temas, como la versión de los Mestizos que nos regalaron. Sorpresas, como los nuevos Guisantes de mi querido Rafa Domínguez, con super Liborio a la guitarra, demostrando al respetable que cuando quiere puede tocar pop y dejarse algunos de sus 77 dedos en casa, el impecable acústico de Amaral, que hicieron mi tema favorito del grupo ( En solo un segundo, que cierra Estrella de Mar) y otro de mis favoritos, ó los Sick Brains, que cerraron la noche, con la “vuelta a casa” de su cantante, Tafalla, que triunfa como presentador canalla en la nueva cadena de TV Quatro.
Hubo claramente dos platos fuertes en la noche (por si semejante plantel de artistazos suena a poco): la reunión de Los Enfermos y Mission Hispana, grupos míticos de nuestro pop, miembros de mil aventuras como Los Especialistas, que calentaron al personal con experiencia y saber hacer, y los predifuntos Elefantes, que acababan de anunciar su inminente separación, y crearon por ello una curiosidad añadida a sus ya de por sí concurridas actuaciones zaragozanas. Shuarma y dos de sus chicos hicieron un bonito recital de saber hacer, y se acompañaron después de la mujer de Shuarma, lanzada al mundo de la canción con La Media Luna. Luego logré saludarles y hablar con el bajista que siempre me ha caído muy bien.
La noche transcurrió así entre saludos, abrazos y emociones varias. Las actuaciones fueron intercalándose con un logradísimo montaje audiovisual que repasaba la trayectoria pública de Germán y nos hacía recordar muchos momentos. Me suena que los conciertos se grabaron. Ojala ese día tan logrado pueda llegar a publicarse para que los que no pudisteis asistir compartáis con los que estuvimos esos momentos tan mágicos para el pop aragonés. Y por favor, que incluyan ese estupendo montaje que nos devolvió la sonrisa.
Terminamos la noche mis amigos Ricardo, Piluca y Juan Aguirre, recorriendo bares. Juan tenía una urgencia imperiosa por salir del Oasis donde no se estaba encontrando muy a gusto, y visitar El Mar de Dios. Y nosotros encantados de cumplir sus deseos, claro. Allí nos juntamos con parte del equipo técnico de Amaral que habían venido a ver el homenaje al músico zaragozano, a echar una mano y a disfrutar de las beldades de la noche zaragozana, y desde allí nos fuimos en manada al Páramo, hoy por hoy, el antro rockero por excelencia de por estos lares, donde continuamos saludando a viejos conocidos en una noche propicia para ello.
El día 25, tras los excesos gastronómicos y familiares, fui con Jafi y Ainhoa que estaban pasando esos días en Zaragoza, a la Estación del Silencio. Octavio Margot presentaba su nuevo libro, ¿Por qué no nos hicimos todo el daño de una sola vez? (recomendadisísimo) y Jafi y yo teníamos un duelo de djs contra Sergio Algora y Alberto Sullivan. Ganamos nosotros, por supuesto, partiendo de que Sergio, que también hacía de presentador, había olvidado sus discos junto a algún trozo de su cerebro. Lo pasamos muy bien, bebiendo, fumando y sin parar de reír, porque además de la multitudinaria presentación del libro de Octavio, por la noche se coincidía en el bar con el cumpleaños de Marian (la hermana pequeña de Antonio Estación) lo que abarrotó aún más el bar. Buen día de Navidad.
Nochevieja fue tranquila. Fuimos Félix, Loren y yo a casa de Octavio de botellón. Allí coincidimos con parte de Bronski y parte de Sullivans, y otros muchos amigos que iban y venían. A una hora prudente nos fuimos a visitar y saludar a los amigotes (Estación del Silencio y El Cubo, principalmente), y tras un frugal desayuno de churros y chocolate, dimos por finalizadas las cerebraciones nuevoañeriles.
Los fiestochos se sucedieron esos días casi en un non stop dancing. Para Reyes fuimos a celebrar el cumpleaños de Jafi con una cenita por su sitio y, tras pasar por El Páramo para saludar a Octavio que estaba de rockdj, luego nos acoplamos a la fiesta de cumpleaños de Félix Romeo, escritor y periodista muy reconocido, y gran amigo. Al final no os conté el desmadre que fue la boda de Oskar Novias donde coincidí en mesa con Félix y demás amigos. Quizá algún día…. O mejor os pongo las fotos ahora que puedo. Pero eso es otra historia.
La casa de Félix y Cristina es, básicamente, un almacén de libros. Es gracioso porque a la salida prácticamente te obligaban a llevarte alguno “llévate este que es muy bueno” y salimos todos con más regalos de los que entramos. Y mucho más vino, claro. Yo intenté robar un ejemplar de “Dibujos Animados”, el exitoso libro de Félix, pero no logré encontrarlo entre las montañas de material impreso. Eso sí, logré que Cristina me dedicase su también exitoso libro “La Novia Parapente”, según Félix mucho mejor que el suyo. No sé si será mejor, pero desde luego es muy bueno. Recomendadisísimo también a todos. Apuntad: Cristina Grande - La Novia Parapente. Unas semanas más tarde estuve en la presentación de su nuevo libro de relatos: Dirección Noche, que la confirma como una de las grandes realidades de la literatura aragonesa que espero pronto tengo un multitudinario éxito para decirle a todo el mundo que es amiga mía. A la presentación llegué tardísimo porque tenía clase de alemán, y ya no quedaban canapés, pero aun pude disfrutar de la sesión de Miguel Mena dj (otro gran escritor, gran comunicador, gran persona y gran amigo, aunque no tan gran dj, jeje) y sobre todo de la compañía de los amigotes presentes. Esta vez no vi a Labordeta, que sí estaba en el cumpleaños de Félix, junto a otros profesores universitarios, intelectuales y políticos, pero no andaría muy lejos. Siempre tiene tiempo para un buen vino en buena compañía.
Con Cristina volví a coincidir al poco en una noche surrealista llena de cerveza y buena conversación, en la que terminamos perdidos por el barrio de La Madalena en la inauguración de los locales del Colectivo Gay Towanda, a los que seguramente no sabría volver… Félix y Cristina son inteligentes, agradables y divertidos. No paran de echarme los tejos para liarme en alguno de sus múltiples proyectos, que como buena vedette, no voy a contaros para que no se me gafen.
Y así, entre abrazos, lagrimillas, brindis, amigos y familiares, despedí el año pasado, comencé este y me enfrenté a la época del año que menos me gusta: el letárgico invierno. Pero no creáis que he estado metido en mi caparazón. Hago muchas cosas aunque casi ninguna de provecho. He ido a más fiestas y conciertos, he actuado con Polyzones de nuevo en Madrid, he terminado el artículo sobre New Order y la entrevista a Digital 21 para el nuevo número de Confesiones de Margot, he entrevistado a Los Peces para Exit-Z, he terminado un tema de Niños del Brasil con Nacho que saldrá en un recopilatorio de la Diputación de Aragón… y más cosas que os iré contando. O no. Con Internet y lo efímero nunca se sabe. Y con el Santi y la infidelidad, tampoco.


La foto es de mi barroco Belén de estas Navidades. Este año opté por un estilo recargado, lleno de rojos y dorados, un poco como el Dancefloor de Madonna. Lo de la izquierda es un ángel como el de Depeche Mode pero hecho por mi hermana con una fregona y no con plumas. Es considerablemente más grande que el Belén, pero es que el pobre ángel del Belén se nos ha caído tantas veces que da un poco de pena. No creo que se distinga en la foto pero está manco y tiene las alas pegadas. Tenemos otro Belén más moderno, pero este es el histórico de casa de toda la vida. En su época era muy moderno porque las figuras son como orientales… Cosas de los 60s…
A ver si encuentro la foto del árbol, que se las trae. Y es que no nos privamos de nada.

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