Sunday, February 04, 2007

Multiusos desde fuera


























































Charly, Fuxedo, Luisa, Jose, alguno que se me olvida y algún anónimo han enviado sus bonitas fotos del concierto del día 26. Aqui va una muestra de lo que dieron de sí esos 15 minutos. Gracias a todos los que acudísteis por hacer de ese día algo muy especial. A toda la organización y ténicos (un beso Miguelico) por su paciencia con nosotros. Gracias a Eva Amaral por dejarme su pandereta. Y a todos los amigos que de una forma u otra hicieron posible ese momentazo.
Anécdotas hay miles aunque hay muchas que no se pueden contar. Bunbury sufrió estóicamente el acoso de sus incondicionales con los que se hizo mil fotos con sonrisa imperturbable. Parece mentira que los de los mismos grupos sean tan grupies. Por no hablar de Toni Mar que se hizo fotos hasta con las de la limpieza. No sé. Es que esa fase de hazme-foto-con-famoso ya se me pasó. O nunca le he tenido. Aunque he de reconocer que me hice una con Eva e intenté en vano hacerme una foto con Enrique cuando al fin salía en estampida de esa trampa en que se habían convertido para él los camerinos. No insistí. Me dijo que no con cara de sufrimiento, salió corriendo, recapacitó, volvió, me dió un beso, me deseó suerte y se fue como montado en un huracán seguido por su séquito y un montón de gente que intentaba en vano retenerle. Menos mal que por la mañana en la prueba de sonido hablamos un rato mucho más relajados. Ultimamente no coincido con él casi nunca. Por cierto, los heroefans no os perdáis el martes los telediarios. Al fin salen los Héroes del Silencio al completo a nivel nacional hablando de sus planes. Creo que es el martes 6. Si no, un día de estos.
Por contrario, los Amarales estuvieron mucho más relajados. Estuve hablando con Juan en el escenario ya que no paraba de tocar con todo el mundo. Creo que salió como 4 veces. Con Eva estuve en su camerino donde me recibió con un encantador "tu no molestas nunca" y estuvimos besuqueándonos un rato. Estaba con Fernando Martín, el hermano de Guille, al que yo sólo conocía de vista. Realmente había una proporción de famosos por metro cuadrado en los 4 camerinos dobles que hay en la Multiusos, que era la delicia de los cazadores de fotos y autógrafos. Hablamos un rato y me largué porque aunque no moleste nunca, ya se me iba la vista detrás de la bandeja de sushi que tenían allí y había tomado la tajante decisión de no comer ni beber nada (de alcohol) antes del concierto.
Salí del tranquilo camerino de Amaral y me dí de narices con Felix Romeo que acompañaba a Labordeta. Estaban buscando el camerino del abuelo para que descansase un poco y afinase la guitarra. Rápidamente hice un repaso mental de camerinos. A ver, 4 dobles que son 8. Amaral, Jaime Urrutia, Los Peces con Pereza (Pezera habían puesto en su puerta), La Frontera, Loquillo, Bunbury, Javier Ojeda con nosotros y el último que servía de oficina e improvisada sala de fotos donde la organización nos iban haciendo pasar para inmortalizar aún más el día. Resumen, Labordeta (que venía sólo a cantar un tema) no tenía camerino. Y yo que soy un metementodo, vuelvo a aporrear la puerta de Eva y le pregunto si podía acoger un rato a Labordeta. Ella encantada, claro, que es una chica muy bien educada. Y ahí lo dejé comprometiéndome con Felix Romeo en avisarles cuando le tocase. De hecho estaba más tarde con Toni Mar viendo a Eva y le mandé a avisar a Labordeta por si acaso. Eva se había ofrecido a llamarle por el móvil cuando fuese a terminar ella, pero la idea nos pareció a todos demasiado estrambótica.
Clarita de los Peces estaba encantadora como de costumbre. Me presentó a su novio, Rubén, el más bajo de Pereza. Hablamos de su retoño y de que preparan nuevos temas. Y de que ha hecho una preciosa canción sobre La Estación del Silencio que espero Antonio cuelgue pronto en su inminente myspace. También me dijo que Leiva, el otro de Pereza tenía muchas ganas de conocerme, cosa que me dejó bastante perplejo, porque he coincidido con ellos varias veces pero como no habíamos sido debidamente presentados, pues yo a lo mío. Al rato, pasaba por la puerta de la Pezera (no paré de subir y bajar de camerinos al escenario para ir viendo algo de lo que pasaba por abajo) y le ví solito y entré a saludarle. Ya me dijo Clarita que lo que le llamaba la atención era mi nombre. Y así fue. Entré me presenté y me dijo que no tenía ni idea de lo que hacíamos Niños del Brasil, pero que siempre había alucinado con mi nombre porque, como yo, es un tremendo fan de T. Rex. Hablamos un rato de Marc Bolan y de cómo la primera vez que yo ví un video de Pereza, también los relacioné con T. Rex por los pelos y la actitud de rockeros descarados. No le confesé que los dos me parecieron el mismo, pero es que es un video que salen los dos con gafas de sol y chicos, yo no los había oído todavía. Me caen muy bien estos chicos. Y se lo hacen muy bien. Pero por si acaso, discretamente me despedí en seguida y me piré.
Nuestro camerino era el más caótico. Nosotros estábamos bastante nerviosos. Quieras que no, hacía 5 años que no tocábamos juntos, y debido a mis anginas no habíamos ensayado mucho. Eso y el atrevimiento que fue llevar un porrón de cacharritos que Nacho necesita para tocar, en un concierto donde todo el mundo iba con la guitarra en la mano y punto. Pero el caos de nuestro camerino compartido era histórico. Es imposible que Javier Ojeda esté sentadito tranquilamente: sale, entra, habla con una alegría desbordante, canta a voz en grito con esa voz prodigiosa que tiene, saluda a todo el mundo porque conoce a todo el mundo, bromea constantemente, etc etc. Vamos todo lo contrario a nosotros que somos como un poco maníaco-depresivos antes de los conciertos. Pero la verdad es que nos reímos mucho. Y las visitas eran contínuas, además de su bajista Asier, que estuvo descojonándose en el sofá todo lo que duró el festival; pasó por nuestro camerino media Multiusos. A eso de las 11 ya era una verdadera piscina de vasos derramados y cada vez que subía, me encontraba a alguien distinto dentro. La apoteosis fue cuando Carlos Segarra de los Rebeldes, que actuó con Loquillo, estuvo cantando con Javier a voz en grito y tocando la recién afinada guitarra de Jafi ante el estupor de éste que parecía que iba a suicidarse de un momento a otro (Jafi, tenías que haberte visto la cara que ponías; todavía me río). Doy fé, porque además Toni Mar y yo grabamos un trozo de esta performance con mi cámara para sus amigos rocketas de Valencia. Lo dicho: un divertido caos. No sé cómo nos lo montamos pero siempre es así. Cuando no es una cosa es otra.
Y así podría seguir horas. Por no hablar de la fiesta postconcierto a la que me negaba a ir pero no tengo perdón, ni de lo que acontecía por la trasera del escenario donde los demás grupos zaragozanos compartían espacio y cañas, ni de muchas cosas más, casi todas muy graciosas.
Un gran día. Un bonito recuerdo para una gran persona. Y el pistoletazo de salida para nuestro año de resurreción.

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